Butlletí #21
Butlletí de l’ANC de l’Eixample, Sant Antoni i Sagrada Família
Josu és un amic d’Euskal Herria que va voler viure l’experiència de fer el trajecte a Estrasburg des de Catalunya.
Tenia l’opció d’anar amb els seus amics amb l’autocar que des de Bilbo van organitzar, però va fer l’esforç de venir a Barcelona un dia abans, passar la nit a la nostra ciutat, i emprendre el camí a Estrasburg amb la Territorial de la Sagrada Família.
A mig trajecte, va demanar si podia llegar un escrit que havia redactat…
Ens va emocionar i aquí us el presentem.
Gràcies, Josu… per les teves paraules, per la teva saviesa i sobretot, per l’estima que tens cap a Catalunya, la nostra lluita que, com bé dius tu: “es la de todos”.
Bon dia, bona tarda amigues i amics.
Mila esker bihotzez, muchas gracias de todo corazón, por haberme acogido entre vosotros en la jornada de Estrasburgo. Moltes gràcies.
He aprendido mucho de todos vosotros y vosotras. Mercè: buscaré “parlem” en internet y espero poder hablar con vosotros y vosotras en catalá cada vez más.
Muchas veces las palabras, la palabrería, no son más que un manto para ocultar la falta de sabiduría de quien no para de hablar porque no tiene nada que decir.
Perdonadme la osadía, me siento un “soldado en guerra”. Percibo que estoy metido en una guerra, que no he buscado, que no he elegido, pero el imperio colonial nos impone, como todos los imperios, que disfrutan de sus conquistas sometidas por la fuerza de las armas. Detesto visceralmente la guerra, el mayor delito del mundo moderno es la industria militar.
Pero todos los seres humanos tenemos tres herramientas maravillosas e invencibles: la voluntad, la inteligencia y el amor. Que las podemos convertir en las armas del voto y la palabra. Pero como todo lo humano es imperfecto y de doble uso para lo bueno y lo malo. La voluntad a veces torna en desanimo, la inteligencia en estupidez, el amor en odio.
Como en todas las guerras, tenemos que ser capaces de elegir el campo de batalla, de decidir cuáles son nuestras trincheras, cuál es nuestra estrategia, cuáles son nuestras tácticas, quiénes son nuestros aliados. ¿Por qué luchamos?
Empiezo por el final, ¿por qué luchamos? Por un mundo mejor. Así de simple. Por la República Catalana Soberana, por la igualdad, la solidaridad entre personas y pueblos, por el derecho a decidir, por la democracia, por la justicia.
A nuestros enemigos, no se sabe bien por qué, les molesta la lengua, les molesta la verdad, les molesta el debate abierto, les molesta l’escola “empoderadora” de niños y niñas con juicio propio y capacidad de autocrítica. Saben que esa no es la batalla que quieren. Nos quieren en barricadas y tumultos quemando contenedores, porque ahí despliegan sus armas sin posibilidad de réplica efectiva. Su obsesión les confunde, y, ven tumultos y barricadas donde sólo hay gente cantando passiu-ho bé.
Por eso nuestro campo de batalla, nuestro campo de batalla fundamental, casi el único, es la cultura.
La cultura es muchas cosas, pero primero es la lengua, y segundo la palabra, después todo lo demás, teatro, escritura, pintura, música, baile… qué sé yo.
Nuestra estrategia fundamental es el contagio. Tenemos que contagiar alegría y esperanza, tenemos que hacer visible lo que queremos hacer. No es una utopía, tiene que ser la práctica que haga visible la República Catalana, como el ejemplo del billete del autobús.
¿Qué pasa? ¿Todos es jauja? No. Hay que trabajar mucho y muy duro. Pero hasta el trabajo más pesado, se hace ligero como la brisa, cuando es una oportunidad de poner en acción lo mejor de nuestra voluntad, el máximo de nuestra inteligencia y el amor por una causa justa que le imprime orientación y propósito a nuestro esfuerzo. Todo esto hace que el trabajo sea una oportunidad para la alegría y la esperanza, y si además el trabajo es compartido, pues más…
A mitad del camino, cansados, a veces frustrados, porque no hemos colmado todas las expectativas, parece que el cansancio se hace más pesado. Es el momento de respirar hondo, de reconfortarnos unas y unos a otros, otras; de valorar los logros conseguidos, de imaginar una vez más el “fin” de nuestro trabajo, la “República Catalana”.
Contagiar alegría, contagiar esperanza… Como un virus, como una epidemia… El miedo también se puede contagiar.. El miedo sirve para “dispersaros”. La alegría y la esperanza para “juntarnos”. ¡Vamos juntos, ampliemos la base!
Nuestros aliados, lo decía en el autobús, con vuestro permiso lo repito aquí. “Cuidarlos a todos y a todas”
Nuestros aliados son las personas mayores que han decidido dedicar el otoño de su vida, su tiempo, sus conocimientos, sus recursos, a construir un mundo mejor para sus hijas, sus hijos, sus nietos y nietas.
Nuestras aliadas son las mujeres, que han decidido ser personas en igualdad de derechos, de oportunidades, y de opciones de vida con el resto de la humanidad.
Nuestros aliados son los padres y madres que ven crecer a sus hijas y a sus hijos en la angustia, de que mafias sin escrúpulos, (ahora les llaman “fondos buitres”), les revienten su vivienda o su trabajo.
Nuestros aliados son los jóvenes que al acercarse a la aventura de su vida como adultos, su única esperanza es el “botellón” de fin de semana.
Nuestras aliadas son las niñas de tantos países, que sólo piden una tiza y una pizarra, un lápiz un papel y una maestra, para cambiar el mundo.
Nuestros aliados son los niños europeos, que interpelan a sus mayores, qué mundo les estamos dejando.
Nuestros aliados son los marineros y marineras dedicados a salvar naúfragos en el Mediterráneo.
Nuestra trinchera será siempre nuestros brazos entrelazados contra la intolerancia, el odio, la segregación, contra la vergonzosa y cínica indiferencia, parapeto de la complicidad con la muerte impune de los emigrantes ahogados en el Mediterráneo.
¿Y todo esto cómo se hace? No lo sé, quizá nadie lo puede decir. Pero igual que la naturaleza siempre se abre camino y brotan flores hasta entre las grietas de la tierra reseca de un desierto, las ideas surgirán aquí y allá, la semilla de nuestro ejemplo brotará por todas partes.
El “Consell per la República” es la obra en marcha. El mueble a medio hacer del ebanista, el boceto en construcción del artista, los planos del arquitecto, nuestra casa cada mañana a mitad de recoger. Que nos interpela, nos llama cada día para terminar el trabajo.
No hay logros sin esfuerzo. Nos costará, tendremos que curarnos las heridas, reconfortarnos, secarnos el sudor, sentirnos juntos, en la Plaça del Rei, en Lledoners, donde toque… pero sin desviarnos, sin distraernos de nuestro trabajo.
Lo vamos a volver a hacer, todos los días, cada vez, cada ocasión. Como cuadre en cada caso, desde los muros de las cárceles a la plaza del 1er d’Octubre.
Los derechos se conquistan con su ejercicio, la vida se disfruta viviéndola. Gracias Lluís por esa cançó tan maravillosa que es “l’estaca”.
Una abraçada molt forta a tothom.
Josu